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24 de agosto de 2006

Jorge Morales Almada
jorge.morales@laopinion.com
24 de agosto de 2006

Hacerse ciudadano costará más. El director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS), Emilio González, lo anunció ayer durante una reunión con miembros del Consejo Editorial de La Opinión. No dijo cuánto, pero advirtió que será un aumento significativo.

Actualmente hacerse ciudadano luego de haber completado cinco años como residente permanente o por estar casado con un ciudadano (a) estadounidense, tiene un costo de 320 dólares por el formulario N-400, más 70 dólares por la toma de información biométrica.

Indicó que la propuesta para el aumento de tarifas se presentará el próximo año, a principios de 2006 la Oficina de Finanzas del USCIS realizó un estudio para analizar los costos de procesamiento de ciudadanías.

"Una de las cosas que advertimos es que es muy costoso todo el proceso, desde empleados, entrenamiento, instalaciones, todo eso, y una vez que conseguimos los datos estamos en un proceso interno de validar todo eso y sólo les puedo decir que el costo del beneficio para hacerse ciudadano va a aumentar considerablemente", mencionó.

Emilio González, un cubano que en diciembre de 2005 fue confirmado como director del USCIS, dijo que esa oficina federal está preparada en caso de que se apruebe una reforma migratoria que requiera la expedición de permisos para trabajadores temporales y la legalización de indocumentados.

"No sabemos cómo viene la legislación, hemos visto ideas, propuestas, pero estamos preparados para cualquier cosa", aseguró al tiempo que definió a la inmigración como un asunto contencioso y político.

González dijo que este año ha habido un incremento considerable en el número de solicitudes para hacerse ciudadano, al parecer por el debate migratorio.

A pesar de ello y del rezago que durante los dos últimos años han podido reducir, el USCIS está listo y puede manejar las nuevas solicitudes que una reforma migratoria pudiera generar, dijo.

También en caso de que en Cuba pudiera haber un cambio de régimen, ya que en la isla, estimó, hay 11 millones de personas que podrían estar buscando otra opción en caso de que caiga el régimen de Fidel Castro. "Estamos preparados para cualquier eventualidad", insistió el funcionario.

Hace un par de años, indicó, había 3.75 millones de casos rezagados, en un retraso de procesamiento de 6 meses aproximadamente, pero en julio pasado la cifra se ha logrado bajar a 160 mil casos en archivo. En Los Ángeles el rezago es de 67 mil solicitudes de "green cards" y ciudadanías.

El Director del USCIS confió que en ciudades como Los Ángeles, Nueva York y Miami, donde se tiene la mayor carga de trabajo, al terminar el año fiscal se acabará con el rezago.

Señaló que ante la gran demanda de solicitudes que se dio en los 90 y debido a los atentados del 11 de septiembre de 2001, las diligencias de procesamiento han tomado más tiempo porque es más laborioso, ya que se tienen que verificar con mucha cautela los antecedentes de cada persona.

Actualmente, señaló, existen aproximadamente 8 millones de residentes permanentes que son elegibles para hacerse ciudadanos ya, pero que por diferentes razones no lo han hecho.

Y es que no se necesita hacerse ciudadano para estar legalmente en el país. "Pueden estar aquí como residentes permanente su vida entera", dijo González.

Este año los ingresos al sitio de Internet de la oficina han tenido un elevado número de visitas; se cree que debido al debate migratorio, mucha gente ha decidido solicitar su ciudadanía.

Emilio González es uno de los latinos con más alto nivel en el gobierno federal y él refleja un ejemplo de la superación de los inmigrantes, puesto que a menudo tiene que lidiar con funcionarios que apoyan legislaciones antiinmigrantes.

"Cuando me encuentro a esas personas", dijo González, "lo primero que ven no sólo es al director de inmigración, sino a una persona que habla tres idiomas, que tiene un doctorado y tres maestrías en universidades americanas, y que estuvo 26 años en el ejército de este país, y para que alguien me diga que yo no soy un americano o que soy menos, me lo tiene que decir en mi cara y eso es muy difícil para mucha de esta gente, porque cuando me ven, creen que eso no es lo que es un inmigrante, y yo les demuestro que todos los que estamos aquí, venimos aquí a contribuir y a hacer patria, y este país no sería este país sin los inmigrantes, no sólo los hispanos, sino todos, así que cada vez que me levanto por las mañanas y me dirijo a mi oficina, sé que estoy enojando a alguien".