Inicio  





 Lo Más Visto
- ByteDance optaría por cerrar TikTok en EE.UU. en caso de agotarse las opciones legales
- Las 10 mejores ofertas de alimentos según doctorshoper.com
- Ciberataque causa retrasos en muelles de carga
- Hombre comete fraude contra personas de edad avanzada en Aibonito
- Las 10 mejores ofertas de alimentos según doctorshoper.com.




  Que no te cojan de...
Bookmark & Share

15 de noviembre de 2006


Primera Hora

No es lo mismo llamar al IVU que verlo venir.

Y ya está aquí, hoy 15 de noviembre, el Impuesto sobre Ventas y Uso, el polémico sales tax al que ahora el Gobierno insiste en llamarle por sus siglas a manera de apodo, a ver si le cogemos cariño al IVUcito este. Ya está aquí esplendoroso para unos y para otros atemorizante (IVUUUUU, como fantasma de Halloween que se quedó a espantarnos en noviembre).

El sales tax llegó con la fuerza del huracán que no nos tocó este año y por eso hizo escante en las tiendas en estos días cuando consumidores trastornados por la IVUmanía arrasaron con la mercancía en especial .

El gobernador Aníbal Acevedo Vilá nos pinta todo positIVU, pero la gente, ¿por qué será?, no se lo traga y le sigue viendo lo negatIVU. Quizás es cuestión de credibilidad. Hace unas semanas el Gobe nos dijo que la factura de electricidad iba a bajar al reducirse el precio del petróleo. ¿Y usted ha notado diferencia o el costo de la luz sigue por las nubes?

El secretario del DACO, Alejandro García Padilla, está haciendo una labor maravillosa para su futura carrera política al convertirse en el Chapulín Colorado de los consumidores. Y ya vimos cómo grandes supermercados, megatiendas y comercios inteligentes (léase, en busca de clientes) se esmeraron en bajar precios para lograr exhibir el cartelito verde del DACO que garantiza que eliminaron el arbitrio del 6.6%. Aplausos para ellos.

 Así, al menos, la temida doble tributación no está en el panorama, pero cuando les aplique el 7% (o el 5.5% más el tax municipal) la verdad es que los precios se van a quedar más o menos igual. Para el Gobierno es tremendo jackpot al recaudar de tanto evasor contributivo, pero para el consumidor no es gran cosa. Y los contribuyentes, los que siempre han aportado, ahora también pagan el tax, pero por la mala legislación de esta reforma contributiva nos quedamos sin alivios contributivos, como siempre: chavaos.

Lo que no recalca el DACO es que el IVU sí nos afecta en los servicios y algunos productos. Si quiere beber para ahogar sus penas, piénselo: las cervezas y los licores estarán más caros por el IVU. Si quiere contarle sus líos a un amigo, piénselo. Las llamadas telefónicas y de celulares son más caras con el IVU.

¿Piensa que a mal tiempo buena cara y decide cambiarse el look? Reconsidere: los estilistas y barberos le cortarán algo más que el pelo. Le cobrarán también un 7% más cortesía de Hacienda. Y lo más increíble. Si le da un ataque al corazón con tanta angustia y se muere, sus familiares llorarán aún más al pagar un 7% adicional por su servicio funerario. Como si no fuera suficiente cómo te amargó la vida, ya ni la muerte te salva del IVU.

De seguro legislarán mil cosas en el futuro sobre el IVU porque las incongruencias abundan. ¿Por qué unos espejuelos no pagan el IVU pero una silla de ruedas sí? ¿Por qué el pan especial no paga pero el de panadería sí? ¿Cómo fiscalizar las transacciones cash en pequeños comercios? ¿Por qué unas profesiones están exentas de colectar el IVU y otras no? Hay tanta duda y tanta sinrazón por aclarar, que de una forma u otra todos ya estamos contagiados con los síntomas de esta loca IVUmanía. ¿Qué nos queda? Reventar en Navidad algún siquitraque que ahora es legal... pero ni eso, de seguro que ya también pagan IVU.