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  Por el libro
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8 de enero de 2007

Por: La Opinion

Los
empresarios hoy por hoy son los impulsores y catalizadores del cambio
en el mundo actual de los negocios. Se les considera pensadores
independientes porque se arriesgan a ser diferentes en un contexto de
sucesos comunes.
Durante
los últimos años, el número de nuevas empresas ha alcanzado un nivel
sin precendentes. Sólo en Estados Unidos surgen cerca de 500 mil
empresas nuevas cada año. Esto se traduce en aproximadamente 1,500
negocios que diariamente abren sus puertas por primera vez.


Además,
también afloran en números récord las ideas para nuevos negocios
potenciales. La Oficina de Patentes de Estados Unidos revisa un
promedio de 10 mil solicitudes cada mes.


Al
margen de la actividad específica a la que se dediquen, los empresarios
son considerados como los inovadores de la libre empresa. Muchos de
ellos han usado su creatividad para construir compañías
multimillonarias, en menos de una década, a partir de negocios que
comenzaron débiles. Y lograron esto desarrollando nuevos productos y
servicios y asumiendo los riesgos que se asocian con estos proyectos.


Pero
también se debe considerar que existe una correlación entre la
planeación y el desempeño exitoso en los negocios. De ahí que los
pequeños micronegocios necesitan planificar para poder sobrevivir.


Sin
embargo, aunque la mayoría de los futuros dueños de negocio hace algún
esfuerzo en planificación, con frecuencia ésta tiende a ser informal y
carente de sistematización.


Ahora
bien, existen razones por las que la planificación de un empresario
necesitará cambiar de un estilo informal a uno formal y sistemático.


En
primer lugar está el grado de incertidumbre con el cual se intenta
establecer y hacer crecer a un negocio. Con niveles mayores de
incertidumbre, los empresarios tienen una necesidad mayor de encarar
los retos que se presentan en su negocio; en cambio, una planificación
formal provee las herramientas y dirección para afrontar estos cambios.


En
segundo lugar está la fuerza de la competencia (en números y calidad )
que obliga definitivamente a un nuevo negocio a considerar la
importancia de una planificación más sistemática.


La
magnitud y tipo de experiencia de un empresario es un factor para optar
por la planificación formal. La falta de conocimiento y experiencia
adecuada, bien sea tecnológica o de negocios, puede restringir la
comprensión del empresario, y por tanto, crear una mayor necesidad de
la planificación formal que ayude a determinar su trayectoria futura.


El mayor valor del proceso de planificación es el pensamiento estratégico, y eso depende de usted.