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  Pa'que te montes
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28 de enero de 2007

Por: El Nuevo Dia


Cada vez con más frecuencia, Edouard Lafontant, vicepresidente de mercadeo y relaciones públicas de Popular Auto, atiende llamadas de clientes preguntando por alguna alternativa para refinanciar sus automóviles.


El fenómeno no es exclusivo de esa empresa, sino la orden del día en las instituciones financieras de la Isla, las cuales desde el año pasado vienen experimentando, junto con los consumidores, los efectos de la recesión económica que atraviesa Puerto Rico.


"En nuestro caso, tenemos una política de crédito bastante cautelosa y no hemos tenido un aumento (en los niveles de delicuencia) que pueda ser un problema. Pero sin duda, hay más atrasos y más unidades que se han devuelto voluntariamente", dijo Lafontant. "La gente no puede con el pago y llaman para ver cómo pueden bajar el pago mensual".


Coincidió con la opinión de varios economistas sobre el impacto adverso que tiene el alza en los precios de los bienes y servicios sobre el presupuesto de los consumidores. Como secuela, miles de consumidores se han atrasado en el pago del auto y la casa, o peor aún, se han visto obligados a entregar uno o los dos activos, considerados los más preciados para los puertorriqueños.


Los niveles de morosidad y delincuencia también se reflejan en los préstamos hipotecarios. Según la industria hipotecaria, la originación de tales préstamos, durante el año 2006, se redujo un 30%. Mientras ese volumen baja, los indicadores relacionados al atraso en los pagos hipotecarios y los de procesos de ejecución de hipotecas aumentan.


Datos de la Asociación de Banqueros Hipotecarios de América revelaron que la delincuencia en préstamos hipotecarios en Puerto Rico es casi 5% más que en los Estados Unidos. Y esa cifra sólo corresponde al primer semestre del 2006, por lo que no refleja el impacto del cierre gubernamental y el despido de miles de personas en el sector privado que se dio a conocer en las postrimerías del año.


Según Lafontant, durante diciembre, uno de los periodos pico en la venta de carros, la venta se desplomó un 23%, o unos 4,000 automóviles menos. Si estima que el costo de cada unidad ronda los $20,000, sólo en el último mes del año, el sector experimentó una contracción de $80 millones en el volumen de ventas.


"La política (pública) que ha utilizado el Estado parece que ha afectado al mismo Gobierno porque ha dejado de recibir uno de los arbitrios que más dinero le dejaba".


El secretario de Hacienda, Juan Carlos Méndez, estimó que la baja en los arbitrios de autos para el presente año fiscal pudiera rondar $140 millones.


El segmento de autos de lujo se ha perjudicado en particular. "Lo que ha pasado es que la gente está comprando carros más baratos y la gente que tienen autos de lujo se queda con ellos más tiempo. La venta en casi todas esas marcas ha sido menor que en el 2005".


Lafontant adjudicó la merma en ese segmento a la decisión del Estado de aumentar el pago de derechos de marbete en vehículos de más de $40,000.