Los cantazos que se dan los carros al caer en los hoyos o brincar sobre los desniveles de las carreteras provocan desde una goma vacía hasta daños severos al tren delantero.
Esos pueden verse inmediatamente, dependiendo de la profundidad del hueco y la velocidad a la que se conducía.
Pero, entérese de que los efectos se sentirán, verán y costarán igualmente con el paso de los años. Su situación será peor si no le da el mantenimiento correcto a su vehículo o si no usa piezas de calidad, advirtió el presidente del Colegio de Técnicos y Mecánicos Automotrices, Rafael de León.
“Un hoyo muy profundo puede hasta arrancar el tren delantero”, aseguró De León, a quien uno de esos cantazos lo dejó sin uno de los cristales de su carro. “Yo decía, ‘nadie me va a creer esto’”, recordó el técnico automotriz.
Explicó que son cientos las piezas que se pueden romper por el fuerte estremecimiento que provoca la caída en una de esas depresiones del pavimento o por el desgaste que causan los huecos que diariamente salen al paso en las vías. El sistema de frenos, los amortiguadores, la caja de bolas, los bujes, las juntas esféricas, los terminales, la suspensión, los aros, las gomas y hasta la carrocería. Todo sufre.
El costo de las piezas puede ir desde $10 hasta $1,000, además de lo que cuesta la mano de obra.
Para minimizar los riesgos y los costos, De León recomendó “guiar a la velocidad establecida por ley porque si hay un hoyo y (usted) va a velocidad alta, el golpe es mayor, puede hasta perder el control”.
Respecto a las gomas, De León recomendó que sean de marcas reconocidas y que no cuesten muy baratas porque eso va de la mano con la calidad.
“Que no sean de esas que se venden a cuatro por $99, cuando una sola goma puede salir en $60. Las gomas de baja calidad se afectan más rápido. Es mejor comprar gomas radiales”, aseguró.
Además, es importante que los neumáticos tengan la presión de aire que se indica en la puerta del conductor.
El mantenimiento es clave, dijo. Es importante revisar las gomas mensualmente, reemplazar los amortiguadores cada dos años, lubricar el tren delantero, y alinear y balancear el vehículo, en un periodo que dependerá del uso.