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  Que no te cojan de...
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16 de marzo de 2007

Por: El Comercio

Yo consumo, tú consumes... todos consumimos. Aunque muchas personas todavía no se hayan percatado de que forman parte de la amplia legión de consumidores, no pueden negar que a lo largo del día realizan diferentes transacciones comerciales, como comprar un periódico, pagar el pasaje del micro, adquirir un cuaderno, una gaseosa, etc. Nos guste o no, todos somos consumidores.
¿Quién no ha tenido alguna mala experiencia como consumidor? Aprovechando el Día Mundial del Consumidor, cuya celebración es hoy 15 de marzo, le presentamos dos ejemplos que reflejan situaciones que fácilmente podríamos vivir nosotros mismos. No obstante, estos ejemplos (verídicos, pero con nombres cambiados) nos demuestran que un consumidor conocedor de sus derechos sabe cómo defenderse.
Caso 1: Ofertas a la vista
Marina fue a una tienda a comprar un encargo de su esposo. Le llamó la atención un cartel que anunciaba que todos los artículos de plástico, ubicados en una determinada zona, se encontraban con 40% de descuento. Después de una búsqueda minuciosa escogió varios pocillos, fuentes de diversos tamaños y dos jarras. Sentía que estaba haciendo la compra del año. Al llegar a la caja, la dependienta separó los artículos en dos grupos. Marina le pidió que no se olvidara de aplicarle el descuento. La cajera, muy amable, le señaló el lote más pequeño. "Solo esto tiene descuento", le dijo. Felizmente, Marina conocía sus derechos y le replicó a la cajera que el letrero no especificaba eso y que estaban engañando a los clientes. Discusión va y discusión viene, hasta que finalmente llegó el administrador. Ante la amenaza de Marina de denunciar a la tienda, aceptó darle todos los artículos con un 40% menos.
Caso 2: Cuidado con la salud
Hacía un buen tiempo que a Freddy, un pequeño de 8 años, le habían diagnosticado un asma severo. Su doctor, de una clínica particular, lo estuvo tratando casi dos años con una serie de medicamentos que contenían alta dosis de corticoides (no se recomienda su uso por períodos prolongados, pues suelen tener efectos secundarios). Un buen día, la madre, desesperada con los ahogos del pequeño, decidió llevarlo a la clínica del Hospital del Niño. Grande fue su sorpresa cuando le dijeron que Freddy tenía una hernia hiatal y además padecía la enfermedad llamada síndrome de Cushing (que puede presentar los siguientes síntomas: desgaste de huesos, dolores de cabeza, euforia, debilidad, obesidad, etc.) ocasionada por la ingesta de corticoides. Allí le recomendaron hacerle un tratamiento de desintoxicación. La madre, conocedora de sus derechos, exigió a la primera clínica que le pagaran los gastos que ocasionaría el nuevo tratamiento, pero como esta no aceptó, presentó su reclamo ante Indecopi. Después de un análisis minucioso de la historia clínica de Freddy, esa entidad ordenó a la clínica devolver a la madre los gastos que tuvo durante el tiempo en que Freddy recibió el tratamiento equivocado y, además, le impuso una severa multa.
Los ejemplos arriba mencionados, uno más grave que otro, nos muestran que conocer nuestros derechos es fundamental para hacernos respetar. Celebremos el Día Mundial del Consumidor aprendiendo cuáles son esos derechos, solo así podremos defenderlos.