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3 de julio de 2007

Por: La Opinion


Los posibles efectos secundarios del medicamento Avandia han puesto en marcha lo que pronto podría convertirse en una "acción de clase" ?o juicio colectivo en el que muchos perjudicados demandan en conjunto? con miles de millones de dólares en juego.


Avandia, medicamento producido por la compañía británica GlaxoSmithKline (GSK), genera 3,200 millones de dólares anuales en ingresos, estimándose que lo consumen globalmente unos siete millones de enfermos de diabetes del tipo 2.


"El enorme mercado y los consiguientes beneficios que esta droga genera son ejemplos claros del enorme poder que hoy en día tienen las grandes compañías farmacéuticas", dice Howard Krepack, abogado de la firma Gordon, Edelstein, Krepack, Grant, Felton & Goldstein, de Los Ángeles.


Krepack explica que la controversia se lanzó el 21 de mayo pasado a raíz de un estudio publicado en The New England Journal of Medicine (TNEJM), según el cual Avandia se asocia con un "importante aumento del riesgo de infarto de miocardio y un aumento de las muertes derivadas de causas cardiovasculares".


El aumento podría ser de hasta un 43% más de ataque cardiaco y un 64% de incremento en las muertes causadas por problemas del corazón.


El caso podría ser de especial relevancia para los hispanos, grupo demográfico con más riesgo de padecer diabetes.


Según la National Diabetes Information Clearinghouse (NDIC), organismo dependiente del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK), la propensión a la diabetes del tipo 2 es un 110% y un 120% más alta para los mexicanos y puertoriqueños, respectivamente, que para las personas de raza caucásica.


NDIC informa también que más del 10% de todos los mexicanos mayores de 20 años padecen diabetes, y además la enfermedad se inicia a menudo a una edad más temprana (entre 30 y 50 años).


El estudio de TNEJM disparó no sólo la alarma entre los usuarios del medicamento, sino el interés de diversas firmas legales que vislumbran la posibilidad de una indemnización masiva.


Carlos Jiménez, de San Diego, señala que lleva meses utilizando Avandia, pero se siente dividido a la hora de unirse a una demanda.


"A veces creo que las farmacéuticas nos utilizan como ratas de laboratorio, pero también siento que para los abogados somos una oportunidad de negocio", dice Jiménez.


El hecho de que las firmas legales busquen activamente clientes a través de la prensa o sus boletines informativos, incitando a los posibles afectados a litigar, suscita las dudas de algunos sobre la honestidad de sus intenciones.


Sin embargo, Krepack señala: "Los abogados son la llave que abre la puerta de los tribunales" al ciudadano corriente.


"En casos como este, un consumidor aislado no tendría ningún poder contra una gran multinacional farmacéutica" dice Krepack refiriéndose a GSK.


Pero mientras que los posibles afectados se organizan para plantear una posible demanda de clase, los accionistas de GSK no han perdido un minuto. A principios de junio un grupo de ellos planteó una demanda ante el Tribunal Federal del Distrito Sur de Nueva York contra GSK y sus directores ejecutivo y financiero.


La acción se basa en supuesta falta de transparencia ?al estilo de un Enron, pero en la industria farmacéutica?, ya que, según los demandantes, la compañía sabía que había indicios de los efectos secundarios que Avandia provoca y no los hizo públicos.


Por su parte, GSK niega los cargos, señalando en una declaración escrita: "La sugerencia de que ha puesto en riesgo a los pacientes e intentado silenciar investigaciones independientes es absolutamente falsa".


Sin embargo, los accionistas consideran que ha existido falta de claridad y que a consecuencia de ello podrían perder miles de millones de dólares.


Krepack enfatiza que agencias gubernamentales como la Oficina de Alimentos y Medicinas (FDA) no son suficiente garantía para el consumidor.


"La FDA autorizó Avandia en 1999, pero eso no significa que los graves efectos secundarios que se atribuyen al medicamento en base a estudios posteriores carezcan de fundamento", dice el abogado.


Krepack enfatiza que cuando se trata de drogas con un gran potencial de consumidores ?como ocurre en este caso debido al gran número de enfermos de diabetes? las farmacéuticas quieren lanzar los productos al mercado cuanto antes debido a los cuantiosos ingresos que generan.