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  Que no te cojan de...
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9 de julio de 2007

Los préstamos conocidos como del día de pago son una alternativa de dinero rápido que cuesta a los consumidores unos 4,200 millones de dólares anuales en cargos y los "amarra" en un círculo vicioso de deudas.


La cifra sólo representa las ganancias de esta industria, que mueve más de 28,000 millones de dólares al año en EU, de acuerdo con el Centro para Préstamos Responsables (CRL), organización sin fines de lucro que investiga prácticas financieras abusivas.


Muchos consumidores optan por los préstamos del día de pago como una alternativa para obtener dinero rápido en efectivo para pagar facturas y compromisos financieros.


A simple vista pueden parecer una buena solución para necesidades rápidas, pero la realidad es que sus altos costos y corto plazo de devolución de pago terminan atrapando a la mayoría de los usuarios en un ciclo de deuda.


De hecho, según el CRL, el 90% de las ganancias de esta industria proviene de consumidores que quedan atrapados en ciclos que los lleva a solicitar cinco o más de estos préstamos por año, pagando tasas de interés promedio de un 400%.


Así, por ejemplo, el usuario típico de estos préstamos termina pagando alrededor de 793 dólares por un crédito de 325 dólares. Dependiendo de las regulaciones de cada estado, los montos de estos préstamos oscilan entre cien y mil dólares y se deben pagar por completo en el plazo correspondiente al próximo cobro de salario, usualmente quincenal.


Digamos que un consumidor necesita 300 dólares y acude a solicitar un préstamo del día de pago. Para obtenerlo, el consumidor hace un cheque por 300 dólares posdatado para que el prestamista lo cobre en la fecha de su próximo salario.


El prestamista impone cargos que oscilan de 15 a 30 dólares por cada cien dólares prestados, según la Federación de Consumidores de América.


Así, para el préstamo de 300, si el consumidor debe pagar 15 por cada cien, recibe en la práctica 255 dólares en efectivo como préstamo.


El problema es que muchos de estos consumidores no tienen la capacidad financiera para pagar el préstamo en el próximo salario, y cuando el prestamista intenta cobrar el cheque, este rebota, y tanto el prestamista como el banco comienzan a cobrar multas por emisión de cheques sin fondos.


Las multas bancarias por este concepto actualmente son de alrededor de 30 dólares, y es común que el prestamista intente cobrar el cheque repetidamente, con lo que se van sumando las multas.


El consumidor, entonces, puede correr el pago del préstamo para la próxima fecha de su salario o reabrir el mismo préstamo como si fuera uno nuevo, teniendo que pagar en ambos casos otros 50 dólares cada vez que pospone el pago.


Los consumidores, que generalmente acuden a estos préstamos porque tienen una situación financiera estrecha, se ven ahora en peor circunstancia económica, atrapados en un ciclo de préstamo y, de hecho, hasta el 62% de los préstamos que otorga esta industria va a consumidores que los solicitan 12 o más veces por año.