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  Que no te cojan de...
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10 de julio de 2007

Por: El Vocero


Un lector de la agencia comercial de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) en Mayagüez aseguró el lunes que el sistema de facturación utilizado al presente por la corporación pública ‘‘está diseñado’’ para beneficiar a esa entidad y perjudicar a sus abonados.

Hiram Ramos Sánchez, trabajador de sistemas operacionales de la AAA que en estos momentos se desempeña como lector interino, declaró que, según un estudio que realizó la semana pasada, el programa actual permite que la corporación pública sobrefacture mensualmente cerca del 42% de la facturación total.

‘‘La creación, diseño e implantación de este nuevo sistema de facturación, que comenzó el 10 de octubre de 2005, va dirigido solamente a favorecer a una sola parte, a la AAA y a aquéllos que se vendieron como los salvadores de la agencia’’, dijo Ramos Sánchez en vistas públicas de la Comisión cameral de Asuntos del Consumidor.

A su juicio, ‘‘el programa estrangula y abusa de la confianza y del bolsillo de todos los abonados, clientes y trabajadores que desconocen de esta práctica engañosa e ilegal’’.

Explicó que la sobrefacturación comenzó cuando, tras el aumento en los costos del servicio, la AAA empezó a facturar mensualmente y cambió el modo de facturación utilizando el modelo basado en el consumo promedio del cliente.

Carlos Vizcarrondo, director de Servicio al Cliente de la AAA, rechazó las imputaciones, y dijo que los mecanismos de control del sistema de facturación hacen sumamente difícil que se les sobrefacture a los abonados.

Sin embargo, reconoció que en septiembre se establecerá un nuevo programa que eliminará la facturación por promedio para dar paso a la facturación por consumo real.

‘‘A nuestros clientes lo que les gusta es que se les facture a base del consumo real, se está buscando la manera de que el consumo real se divida en partes iguales y eliminar ese promedio histórico’’, dijo a Prensa Asociada.

Ramos Sánchez aseguró que la gerencia de la corporación, incluyendo su ex director ejecutivo Jorge Rodríguez Ruiz y el presente, José Ortiz, conocen sobre la supuesta sobrefacturación.

‘‘Estoy seguro de que la alta gerencia tiene que conocer esto.Pero en entrevistas se pasan diciendo que es un sistema viejo, obsoleto, que caducó... Saben que este sistema es nuevo, del 10 de octubre del 2005, y se está hablando de que en septiembre van a establecer un nuevo sistema’’, afirmó el lector.

Su teoría es que, por motivos que desconoce, el sistema automáticamente sobrefactura a los abonados. Luego, un empleado de la AAA ajusta manualmente la factura en el sistema para que refleje lo que realmente consumió el cliente, siguiendo lo que establece el contador.

Sin embargo, este ajuste no se refleja en la factura que reciben los ciudadanos, quienes si no se quejan ante la AAA, terminan pagando la cantidad cobrada en exceso.

Vizcarrondo admitió que la factura ‘‘se puede modificar porque hay siempre la posibilidad de lecturas incorrectas’’, pero rechazó que se haga a los fines mencionados por el lector interino.

Según Ramos Sánchez, la única manera en que los clientes podrían confirmar la alteración es si llevan a la Oficina de Servicio de la AAA las facturas anteriores y las compara con la información que la corporación pública tenga en sus pantallas, que alegadamente ya habrá sido alterada para reflejar el consumo real. ‘‘Allí encontrarán la incongruencia’’, acotó.

Destacó lo difícil que les resulta a los consumidores reclamar en las oficinas comerciales el cobro excesivo debido a las limitaciones que les impone el sistema de facturación para evidenciar sus señalamientos.

A modo de ejemplo, indicó que resulta perjudicial para los abonados el que se haya eliminado la medición del consumo en metros y se haya sustituido por los indicadores ‘‘alto consumo’’, ‘‘bajo consumo’’, ‘‘cero consumo’’ y ‘‘consumo normal’’, que resultan menos específicos al momento de una reclamación.

Asimismo, Ramos Sánchez criticó que se haya eliminado del sistema la lectura anterior del contador que se utilizaba como referencia en la lectura.

‘‘Al eliminar ambas herramientas de los conmutadores portátiles, la Autoridad le limita la información que tiene derecho todo cliente de conocer y comparar su consumo al instante’’, sostuvo.

El lector interino de la AAA dijo a la AP que el estudio que efectuó por iniciativa propia durante una semana lo llevó a cabo a través de siete rutas en los municipios de Mayagúez, Hormigueros, Añasco, Las Marías y Maricao, que componen la región de Mayagúez.Como parte del análisis, evaluó 1,300 contadores.

Ramos Sánchez dijo que, casi un año después de implantado el sistema de facturación, llevó su queja documentada ante la oficina regional del Ombudsman en Mayagüez, pero la directora regional, Ivette Irizarry, supuestamente le indicó que se limitaban a recibir las querellas de los clientes y no la de los empleados.