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11 de julio de 2007

Por: La Opinion


Digamos que el fabricante Y le vende sus productos a la tienda B con la condición de que la tienda B no puede vender los productos a menos de 50 dólares. ¿Puede el dueño de la tienda B bajar el precio del fabricante a pesar de lo establecido previamente? ¿Puede el manufacturero Y quitar el producto de la tienda B por no cumplir con lo acordado? La Suprema Corte dice que sí.


El caso se refiere a una disputa entre el productor de carteras y accesorios Brighton/Leegin, de California, y la tienda de ropa y accesorios Kay’s Kloset, localizada en Texas.


La productora Brighton/Leegin y la tienda llegaron un acuerdo según el cual la tienda no vendería los productos de Brighton/Leegin por debajo de cierto precio establecido previamente. Kay’s Kloset igualmente decidió bajar los precios. Como resultado, Brighton/Leegin le quitó el producto. Kay’s Kloset demandó.


Un tribunal federal falló a favor de Kay’s Kloset y el tribunal de circuito apoyó el veredicto. Sin embargo, cuando el caso llegó a la Suprema Corte, ésta determinó lo contrario.


La decisión complació a aquellos que defienden el derecho de los productores de fijar el precio mínimo. Ellos consideran que el productor debe tener libertad de determinar el precio que quiera sobre su producto. Por otro lado, el minorista tiene la libertad de aceptar o no estas condiciones.


Por otra parte, si el fabricante tiene un producto único y distinto, encontrará ventajoso establecer un control de precios al minorista porque incrementa el total de venta, además de que la estrategia de precios le sirve para diferenciar su producto de otros.


Los críticos argumentan que la decisión es carta blanca para crear carteles que afecten la competencia de precios. En mercados con poca competencia, el precio mínimo limitaría la entrada de otros productores que quieran buscar bajar los precios. Esto afectaría al consumidor, porque tendría que comprar a precios artificialmente controlados.


También está el peligro de que se creen carteles de minoristas. Exigir a los productores que fijen el precio limita la entrada de la competencia, como tiendas de descuento o una megatienda con mayor poder de compra y dispuesta a bajar el precio al incrementar el volumen de venta.


La decisión de la corte no aprueba las prácticas de monopolio y control de precio. La corte está de acuerdo en que la fijación de precios a nivel horizontal (entre productores o entre minoristas) no va en beneficio del mercado y es ilegal.


Pero que un productor acuerde con un minorista (control vertical) un precio mínimo, no necesariamente es ilegal.


Toma nota.