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  Por el libro
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31 de julio de 2007

Por: Primera Hora

Te “freía” dos veces.

Una agente se apropió de más de $12 mil en ollas “Lifetime” al llenar contratos de venta fraudulentos con información confidencial de ciudadanos con los que intervenía como parte de sus labores en la Policía estatal.

La mujer, María García González, renunció ayer al proceso de vista preliminar. La jueza Wanda Cruz Ayala, del Tribunal de Primera Instancia de San Juan, encontró causa por 14 cargos de fraude, apropiación ilegal, enriquecimiento ilícito y falsificación de documentos.

La lectura de acusación será el 13 de agosto y el juicio el 20 de septiembre.

El superintendente Pedro Toledo informó que García González fue suspendida sumariamente y desarmada el 14 de mayo. También se inició una investigación administrativa que pudiera resultar en su expulsión.

Según la investigación, la agente, que laboraba en el centro de mando de la Comandancia de Carolina, se apropió de $12,318.82 en ollas de la compañía Lifetime International Home Products desde que se convirtió en vendedora en noviembre de 2006. Recibió además una comisión de $405 que dijo reembolsaría hace seis meses, lo que aún no ha hecho.

El contralor de Lifetime, José Rivera Aponte, relató a PRIMERA HORA que recibieron el 27 de noviembre pasado un facsímil anónimo que les alertaba sobre el esquema.

La comunicación indicaba que la mujer, residente de Gurabo, pagaba $70 de depósito a Lifetime para recibir juegos de ollas mediante contratos falsos y firmas falsificadas. Se sospecha que las vendía a otras personas.

La pesquisa de la División de Fraude del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) establece que la agente obtenía los nombres y números de seguro social de los “clientes” en sus faenas diarias.

“Se inventaba el ingreso, dónde trabajaba, falsificaba la firma y ponía nombre y seguro social. Si tenía buen crédito, se le pagaba la comisión”, expresó Rivera Aponte fuera de sala.

La agente que investigó el caso, Wanda Torres, informó a PRIMERA HORA que tienen prueba de seis personas cuyos nombres e información personal fueron usadas por García González para llenar contratos fatulos. Los datos de uno de los supuestos compradores los obtuvo al investigar un accidente, otro en un acto de carjacking, y otro al decomisar un arma. También usó los nombres de un cuñado, de una vecina, y otra señora que dijo no saber cómo obtuvo su información. Uno de los “compradores” estaba en un Hogar Crea.

Los “compradores” incluyen tres féminas, una de ella con contrato del 4 de noviembre por $1,934.91, otra del 8 de noviembre por la cantidad de $1,228.55, y una tercera cuatro días después por $1,862.05. Los otros tres fueron del 5 de noviembre por $1,789.51, del 12 del mismo mes por $2,070.19, y el 17 de noviembre por $1,792.01.

“Es la primera vez que veo a un agente de la Policía haciendo algo así”, confesó la agente Torres.

La fiscal Deborah Benzaquen recalcó que las personas cuyos nombres fueron utilizados para las alegadas ventas no se afectaron. La perjudicada es la compañía Lifetime porque la agente nunca devolvió los productos.

La pesquisa del CIC comenzó una vez la empresa refirió el asunto, en marzo se llevó a Sala de Investigaciones, y la imputada está libre bajo fianza. Pero la vista preliminar fue reseñalada en cuatro ocasiones por la incomparecencia del abogado de la acusada, Carlos T. Rodríguez Cruz, quien ayer indicó que evalúa renunciar al caso.

García González se expone a entre tres y ocho años de prisión.