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  Que no te cojan de...
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28 de septiembre de 2007

Por: La Opinion


En los últimos días me han llegado noticias de humildes familias, muchas de ellas latinas, que parecen estar resignándose hasta que llegue lo peor: el embargo de la vivienda.


El drama de esta situación se presta a las recriminaciones dirigidas a esas firmas que durante años concedieron préstamos hipotecarios a personas que ahora pagan las consecuencias.


Es fácil criticar la carencia de ética por parte de algunos brokers, pero también es justo recordar a algunos prestatarios que también ellos son responsables.


No entender la diferencia entre un interés fijo y otro variable es algo de lo que sólo el consumidor debe responsabilizarse. Si una persona quiere comprar una vivienda, debe entender que con querer sólo no basta. Hay que también poder. Para muchas personas este aviso llega tarde. Para muchas otras quizás no.


La disculpa de no entender por qué el interés es muy asequible al principio y todo lo contrario después no resulta creíble del todo. Hasta las personas con poco conocimiento financiero han oído alguna vez el popular dicho: "Si es demasiado bueno para ser cierto, seguramente lo sea".


Estos días vemos un rosario de estadísticas económicas que vienen a constatar la dificultad que atraviesa el sector de bienes raíces. Se venden menos casas y la construcción retrocede, sin mencionar el efecto dominó que supone en la economía.


¿Quiere decir que a partir de ahora va a ser imposible comprar una casa? No, pero va a ser más difícil, y desde luego, las otrora prácticas habituales de la industria subprime, sino prohibidas, todo sugiere que van a ser drásticamente reducidas. Esta es la buena noticia.


Ben Bernanke, director del Fed, ya ha propuesto implementar medidas que sirvan para tal fin, e incluso las empresas financieras privadas ?que compran y venden paquetes hipotecarios? parecen haber aceptado el reto.


En las dos últimas semanas se están poniendo de acuerdo para aceptar unas condiciones de crédito mucho más restrictivas. Las ofertas de alto riesgo probablemente seguirán existiendo, pero a un precio realista, sin ocultar esas fluctuaciones en la tasa de interés que tanta zozobra provoca ahora a quienes "no lo sabían".


La prueba es que parece que la confianza está regresando a los mercados. Los días de dinero casi gratis de hace uno o dos años probablemente no regresen, pero según las propias compañías hipotecarias privadas, existen unos 200,000 millones de dólares listos para ser comercializados. Es un dinero que procede del banco central y de la inyección de capital que el Fed ha hecho a la banca privada.


¿Y para quienes están a punto de perderlo todo? La reducción de la tasa de interés es un paso en esa dirección, aunque el efecto no se notará de inmediato. La próxima vez recuerde que "Lo barato, a la larga, sale caro".