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  Por el libro
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14 de enero de 2008

Por: El Nuevo Herald


La crisis inmobiliaria hizo que el número de embargos hipotecarios aumentara más del doble en Miami-Dade.


La fiebre inmobiliaria que atrajo gran número de compradores de propiedades al sur de la Florida en los últimos años, está causando estragos entre inversionistas del sur del Río Grande que ahora buscan deshacerse de los contratos de preconstrucción que suscribieron con la esperanza de multiplicar sus apuestas a los bienes raíces, cuyos precios estaban aumentando a un ritmo acelerado.


Pero al estallar la crisis inmobiliaria con el destape de los préstamos hipotecarios de alto riesgo, que a la vez ha afectado la economía nacional, la caída de los precios no se hizo esperar y ahora muchos compradores latinoamericanos buscan caminos legales para no completar la compra que soñaron convertir en segunda casa o vender con una buena ganancia.


En el último año, los embargos inmobiliarios se dispararon en los condados Miami-Dade y Broward. Según datos del Onceno Circuito Judicial de la Florida, los embargos de inmuebles en Miami-Dade sumaron 23,543 a noviembre del 2007, frente a 9,814 del año anterior. Mientras, en Broward los datos judiciales revelaron que en el 2007 las ejecuciones hipotecarias llegaron a 23,476 en comparación con 8,995 del 2006.


"Cada vez recibo más llamadas de inversionistas de Latinoamérica que desean salirse de los contratos de preconstrucción de condominios en el sur de la Florida y no quieren completar la compra [‘‘el cierre'] cuando los llaman los urbanizadores', dijo el abogado Michael Merino, fundador del despacho de abogados Michael H. Merino P.A., en Davie, en el condado Broward, que se especializa en bienes raíces.


"Uno de mis clientes, que vive en Argentina, que invirtió en dos apartamentos en Miami, uno en Brickell y otro en Kendall, ahora prefiere entregar los inmuebles al banco aunque eso dañe su crédito', comentó Merino sin revelar nombres para mantener la confidencialidad de su cliente.


El gran problema que tienen muchos inversionistas extranjeros es que apostaron a comprar propiedades para multiplicar su dinero y en este momento ni siquiera pueden alquilar una casa por un monto similar al que deben pagar por la hipoteca, explicó Magda Robles, fundadora de la firma de bienes raíces Americasa Foundation en Davie, que atiende clientes en áreas de Miami como Coral Gables y Key Biscayne.


Además, agregó, en algunos casos ha aumentado el costo del mantenimiento de los condominios y los seguros a las propiedades por ajustes después de los huracanes del 2004 y del 2005, lo que dificulta aún más la situación, tanto de inversionistas latinoamericanos como de residentes del sur de la Florida.


Merino, quien fue corredor de bienes raíces antes de dedicarse al derecho, aseguró que actualmente recibe un promedio de 10 llamadas diarias de potenciales clientes que buscan asesoría legal en el campo inmobiliario, mientras antes recibía de dos a tres llamadas mensuales.


Pero estas llamadas no son sólo de latinoamericanos, sino también de dueños de casas, mayormente hispanos, del sur de la Florida, cuyos ingresos han mermado debido a que trabajan en sectores vinculados a la industria inmobiliaria y afrontan una ejecución hipotecaria, inclusive arquitectos y corredores de bienes raíces. Merino citó el ejemplo de una persona que adquirió una casa de $1 millón debido a que contaba con ingresos de $300,000 durante el auge inmobiliario, pero ahora su salario disminuyó a $50,000 y no puede ni siquiera vender la vivienda para pagar la deuda hipotecaria con el banco, porque el precio del inmueble cayó.


Otros, añadió el abogado, utilizaron la plusvalía de su primera casa para adquirir una segunda con la idea de venderla a buen precio, pero ahora corren el riesgo de perder ambas propiedades porque no pueden pagarle al banco.


"Creo que la crisis inmobiliaria en el sur de la Florida es más grave de lo que se ha dicho', señaló Merino. Tentados por "la fiebre inmobiliaria que estalló en el sur de la Florida, muchos ni siquiera pensaron en qué pasaría si caía el mercado', acotó.


Para Manuel Lasaga, el presidente de la consultora Strategic Information Analysis Inc. (StratInfo) en Miami, el mayor problema actualmente es que aún se desconoce "la dimensión de la crisis inmobiliaria a nivel nacional', vinculada a los préstamos hipotecarios de alto riesgo y a cuánto ascenderá la pérdida por estos créditos otorgados con base a un valor esperado del inmueble sin tomar en cuenta los ingresos del deudor.


Lasaga insistió en que la crisis ha provocado un aumento de los despidos en los sectores vinculados a la industria inmobiliaria y una desaceleración del consumo, lo que podría provocar una recesión este año.


A su juicio, mientras no se toque fondo, tampoco se recuperará la confianza en el mercado inmobiliario del sur de la Florida y los inversionistas no apostarán a los bienes raíces. Una vez superada la incertidumbre actual, él cree que muchos inversionistas podrían encontrar buenas oportunidades en bienes raíces, como ha sucedido en otros ciclos inmobiliarios.