Inicio  





 Lo Más Visto
- Grandes empresas anuncian despidos masivos y menos personas piden ayuda por desempleo
- Las ventas de iPhone están cayendo. Esta es la razón
- Piden a la Junta $27 millones para añadir más viajes hacia Vieques y Culebra




  Por el libro
Bookmark & Share

6 de febrero de 2008

Por: El Nuevo Herald


EL AÑO pasado fue el peor en récords para las demoras de los vuelos domésticos.


L
a cuarta parte de los vuelos domésticos no consiguió llegar a tiempo en el 2007 --el segundo peor año en los récords-- y los analistas temen que empeore la situación.


Más del 26% de los vuelos comerciales en EEUU llegó con demoras o fueron cancelados mientras la creciente demanda de los pasajeros y la preferencia de la industria por aeronaves de menor tamaño intensificaban la congestión en los cielos y las pistas. El tapón aéreo reportado ayer por el Departamento de Transporte llega en un momento en el que aumenta el número de controladores aéreos que se acercan a la edad de retiro, una tendencia que, a decir del sindicato de los controladores, incrementará el problema.


La única vez que los pasajeros han tenido mayores dificultades para llegar a sus destinos a tiempo fue en el 2000, cuando más del 27% de los vuelos fueron demorados o cancelados. En aquel entonces, había un 31% menos vuelos que en el 2007, cuando los transportistas operaron casi 7.5 millones de viajes de una dirección.


Sin embargo, excluyendo las cancelaciones, el 2007 fue el peor año en récords para las demoras de vuelos, con un 24.2 por ciento de ellos arribando tarde, en comparación con el 23.9 por ciento del 2000, según las estadísticas del gobierno que datan de 1995. El peor mes de año para las 20 mayores aerolíneas de la nación fue diciembre, cuando más de un tercio de todos los vuelos llegó tarde o fue cancelado, en la mayoría de los casos, por cuenta del mal tiempo.


No hay señales de una mejoría en el horizonte, opinan los analistas, porque las aerolíneas siguen reemplazando los grandes aviones por otros más pequeños. Esta práctica tiene como propósito llevar al máximo las ganancias al volar con menos asientos vacíos, pero también significa más vuelos y más congestión y demoras.


El uso de aeronaves menores también incrementa la exposición de las aerolíneas al creciente precio del combustible, porque la operación cuesta más por cada asiento, expuso Robert Mann, consultante de la industria en Port Washington, Nueva York. La industria ha dicho que los crecientes precios del combustible deberán nuevamente reducir las ganancias de este año y algunas aerolíneas ya han aumentado sus recargos por combustible para compensar.