12 de febrero de 2008

Por: Primera Hora

Nos ahogamos.

La desesperanza, la adversidad, la frustración, la angustia, la precariedad económica, la crisis social e institucional llevan a los ciudadanos a buscar válvulas de escape que se manifiestan en actos impulsivos, como es el treparse en una grúa.

Esto, según estudiosos del comportamiento humano, denota el desamparo en que están sumidos muchos puertorriqueños, que no ven solución o salida a sus problemas.

De forma radical, la trabajadora social Trina Rivera de Ríos sostuvo que Puerto Rico necesita una transformación porque “estamos al garete” y no hay a quién recurrir para resolver todas estas situaciones de desamparo.

 “Aquí manda todo el mundo y no manda nadie. No tenemos la esperanza de que me van a escuchar o me van a ayudar. Puerto Rico no necesita un cambio, sino transformarnos. ¿Qué nos pasa? En estos 100 años hemos cambiado”, indicó.

Los puertorriqueños, según Rivera de Ríos, han perdido su capacidad de compasión del “ay, bendito” y la ha sustituido por la indiferencia, el aislamiento y la insensibilidad caracterizado por la expresión anglosajona: Mind your own business.

“Hemos sustituido los sentimientos por el resuélvelo tú. Y hasta a los hijos le decimos eso. Nos olvidamos de la protección, del cariño y la prevención. Fuimos copiando la cultura de 'te vas de casa' , 'no es asunto mío' y la indiferencia”, dramatizó.

El ex presidente de la Asociación de Psicólogos, Alfonso Martínez Taboa, señaló que este tipo de comportamiento (el de treparse en una grúa para hacer un reclamo) responde a las pérdidas y las adversidades que cada uno tiene.

“Hay personas que resisten muchísimo las adversidades. Se llama retiliencia, que es que hay gente que a pesar de que le pasan cosas malas se resisten y no se caen. Mientras que hay personas que no tienen esa fortaleza y cuando se encuentran en situaciones negativas de vida, empiezan a tener problemas con su salud mental. La mayoría de la gente lo que tiene son pérdidas o problema interpersonales”, dijo.

 “Este señor (José Enrique Acosta Sánchez, quien se trepó en una grúa) a lo mejor le pasa eso. Ha ido acumulando problemas. No tiene apoyo. No tiene amortiguadores emocionales, que pueden ser tu mejor amigo, el pastor de la iglesia, tus padres, tu vecino...”, destacó.

 La presidenta del Colegio de Trabajadores Sociales, Gloria Rivera Centeno, dijo que lo ocurrido con Acosta es parte de la frustración que tiene mucha gente que no tienen destrezas para manejar los conflictos y un poco copian lo que otros han hecho para llamar la atención, entendiendo que es una alternativa para resolver los problemas.

Es síntoma, dijo, de la “precariedad que vivimos en este momento”. “Puerto Rico es un país donde todo cuesta: el empleo, la pensión atrasada, el carro dañado... La gente se llena de desesperanza y hay que buscar opciones”, indicó.