Inicio  





 Lo Más Visto
- ¿Aguacates en peligro?: revelan la amenaza que se cierne sobre el 'oro verde'
- Alerta tras inundaciones: potencial aumento de casos de dengue y leptospirosis
- Retiran más de 1,300 cajas de habichuelas coloradas Goya distribuidas en Puerto Rico y Santa Cruz
- Multan a firmas de Slim por falta de permisos en cables interoceánicos
- Aerolíneas demandan al gobierno federal por norma que les exige transparencia sobre tarifas




  Que no te cojan de...
Bookmark & Share

3 de abril de 2008

Por: Consumeraffairs.com


En los últimos años se ha lanzado una serie de advertencias de posibles riesgos de radiación asociados al uso de teléfonos móviles o celulares. En caso de que nadie se las esté tomando en serio, el investigador británico Dr. Vini Khurana lo expresó usando lenguaje que por cierto capturará la atención de todos:


"Los teléfonos móviles podrían tener consecuencias mucho más profundas que el asbesto y el tabaco," señaló.



Khurana, un neurocirujano que ha publicado más de 30 monografías científicas, revisó más de 100 estudios sobre los efectos de los teléfonos móviles. Ha producido un trabajo basado en su investigación que en este momento está siendo revisado por colegas expertos antes de su publicación.


¿Acaso está exagerando? Khurana mantiene que las cifras lo respaldan. Señala que en el mundo actualmente hay tres mil millones de personas que usan teléfonos móviles. Esta cifra representa el triple del número de individuos que fuman, y el cigarrillo causa cinco millones de muertes en todo el mundo cada año.


Pero, ¿es que los teléfonos móviles de veras son tan peligrosos? Khurana está seguro, y sostiene que "existe evidencia clara de que existe un vínculo entre el uso del teléfono móvil y ciertos tipos de tumores cerebrales."


Los riesgos, indica el experto, serán más aparentes en los años venideros.


Necesario tomar medidas


Khurana cree que el gobierno debería tomar medidas inmediatamente, pero no indica cuáles deberían ser. Separar a la gente de sus móviles, en este momento, es algo que está fuera del alcance de cualquier entidad gubernamental o poder humano.


Mientras tanto, la industria de telefonía celular continúa expresando su escepticismo. La Asociación de Operadores de Telefonía Móvil de Gran Bretaña dijo que el estudio no era nada más que una "discusión selectiva de la literatura científica realizada por un individuo."


En los Estados Unidos, el estudio del posible vínculo entre los teléfonos móviles y los problemas de salud se está moviendo a un paso mucho más lento. En enero, la Academia Nacional de Ciencias, luego de revisar la evidencia científica, se limitó a identificar áreas en las que es preciso realizar más investigaciones.


Entre las áreas que la Academia recomienda investigar con mayor detenimiento, se encuentran estudios de mujeres embarazadas y niños, incluyendo los cánceres de la niñez y el cáncer de cerebro. Además, recomienda un estudio de la población general, que compare este grupo con otro que esté mediana o altamente expuesto a los móviles.


Glándulas salivales


El mes pasado, un estudio en la publicación profesional American Journal of Epidemiology, sugirió que el uso de teléfonos móviles parece contribuir al desarrollo de por lo menos algunos tipos de cáncer.


El estudio se concentró en el cáncer de las glándulas salivales y examinó a 500 ciudadanos israelíes que habían contraído la enfermedad y a 1.300 individuos en buen estado de salud.


Los investigadores concluyeron que aquellos que habían tenido un aparato a un lado de la cabeza varias horas por día tenían mayores probabilidades de padecer de cáncer de la glándula salival.


Desde que los teléfonos móviles se lanzaron al mercado en la década de los ochenta, ha habido especulación sobre el riesgo elevado de padecer de cáncer, causado por las ondas electrónicas que emite el aparato. Se han realizado varios estudios, pero no existe evidencia definitiva para confirmar o refutar esta sospecha.


Este último estudio es diferente porque se concentra en el uso de teléfonos a largo plazo. Además, indicaron los expertos, los estudios previos se habían concentrado solamente en los tumores cerebrales, y no en aquellos en otras partes del cuerpo.


El cáncer de la glándula salival, señalan, es muy raro y el hecho de estar localizado en una parte tan cercana al lugar donde se coloca el aparato telefónico hace que la conexión teléfono/cáncer sea algo plausible.


Si bien la industria telefónica cuestiona la validez de los resultados, muchos se preocupan del daño que las frecuencias electromagnéticas que estos aparatos emiten puedan causar a los tejidos humanos. El Dr. Siegal Sadetzki, que encabezó el estudio, nota que los riesgos de cáncer parecían mayores entre los usuarios en áreas rurales, donde la radiación es más intensa para compensar por la debilidad de las señales.


Pero Sadezki reconoce que el estudio no es definitivo y que se debería llevar a cabo más investigaciones. Sin embargo, sostiene, "se debería tomar precauciones" para reducir el riesgo, especialmente entre los niños y los jóvenes.


También las redes inalámbricas


Existe inquietud también por los efectos que pudieran tener las redes inalámbricas o conexiones WiFi que hoy por hoy parecen haberse propagado como setas después de una lluvia.


Sir William Stewart, Presidente de la Agencia de Protección de la Salud Pública de Gran Bretaña ha solicitado se investigue los posibles riesgos asociados con las conexiones inalámbricas, ya que su uso es todavía más generalizado que el de los móviles.


Su preocupación radica en que, si bien la radiación de un teléfono celular sólo afecta al individuo que lo usa, la radiación WiFi afecta a cualquier persona que esté en los alrededores.


Se cree que los niños son más vulnerables que los adultos a los efectos de la radiación. La Asociación Médica de Austria está presionando para que el gobierno prohíba la instalación de WiFi en las escuelas del país.


También en los Estados Unidos, ya hay grupos que han expresado temor por los posibles efectos de estas ondas electromagnéticas en la población.


Sin embargo, y en vista de que no existe todavía un estudio definitivo, lo más probable es que continuemos viendo un rápido aumento en el número de las redes WiFi en todo el mundo.