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  Por el libro
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30 de abril de 2008

Por: Primera Hora


Hace un año Héctor Santiago conoció de primera mano lo que es ser víctima del fraude.


En medio del tapón escuchó un anuncio radial que le ofrecía una estadía gratis en un hotel de lujo de la zona este con la simple contestación de un pregunta.


Sin pensarlo mucho, tomó su celular y realizó la llamada. Se acercaba la temporada de vacaciones, así que se vio tentado.


La realidad era que la oferta no tenía nada de cierto.


Santiago terminó pagando más de $100 para gastos iniciales que fueron cargados a su tarjeta y otros $500 una vez concluida la estadía en el hotel. La compañía que ofrecía el concurso pagó sólo la mitad de la estadía, otros $500.


Eso no fue todo. La compañía amenazó con no pagar su parte de la estadía si él no tomaba una charla sobre la compra de un timesharing.


"Te piden una tarjeta de crédito y realmente no tienes nada gratis, sino que te amenazan con no pagarte nada si no coges un seminario que dan para que le compres un timeshare", relató Santiago.


"Cogí el seminario. Me llevaron hasta una villa que vale $2,000 diaria y, entonces, después te llevan a un salón que es como una oficina de realstate y te ofrecen el timeshare", agregó Santiago, tras asegurar que no volvería a caer en ninguna promoción de este tipo.


También se había ganado un supuesto viaje a Orlando, Florida, el cual nunca se preocupó por reclamar.


"No hice una querella porque no tenía tiempo, además de que pensé que en su momento alguien lo haría y saldría a la luz pública", señaló el residente de Carolina.


Bombardeo de mentiras


En una encuesta realizada por PRIMERA HORA quedó evidenciado que los puertorriqueños están siendo bombardeados con promociones de premios que terminan siendo un verdadero engaño.


La mayoría, sin embargo, no han caído en la trampa y simplemente optan por no contestar la llamada telefónica. Y, si por casualidad, responden, cuelgan una vez le solicitan alguna información personal, como el número de la tarjeta de crédito o de seguro social.


En cierto momento, Ángela Rivera recibía entre dos y tres llamadas de este tipo semanalmente. Le han ofrecido herencias, viaje en crucero a Miami y múltiples premios. Nunca ha caído.


"Ya yo sé de qué es lo que se trata y no me cogen. Por lo regular, lo que entra es una grabadora y yo lo que hago es enganchar", explicó la mujer de Juncos.


A Raúl de León no hay quien lo haga caer en este tipo de treta. Para él las mismas son "to good to be truth", por lo que inmediatamente las recibe, las descarta.


"Tratan de que uno caiga, pero yo nunca les he dado número de teléfono o de seguro social alguno", señaló.


Sonia Arana, de Río Piedras, tuvo la tentación de devolver una llamada que recibió hace un mes de un número desconocido. Le habían dejado un mensaje de que se había ganado un auto.


Cuando llamó, nadie le contestó. "Llamé por curiosidad, porque yo sabía que no había llenado ningún papel. Me imaginé que era una mentira", indicó Arana, quien usualmente recibe las llamadas a su celular.


José Vargas es otro de los que prefieren evitar cualquier tentación, por lo que tan pronto se percata que se trata de una grabadora, engancha.


"Todo lo que es demasiado fácil para ser cierto a mí no me interesa", señaló, por su parte, Carmen M. Falcón.