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  Estirando el chavito
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17 de junio de 2008

Por: El Nuevo Dia Orlando

Para nadie es un secreto que con el dinero que se hacía la compra de alimentos hace sólo unos meses hoy en día ya no se puede adquirir ni tres cuartas partes de los productos que se necesitan en la casa.

Este fenómeno se agrava cada día más a medida que los precios de la gasolina suben sin control, los sueldos siguen iguales y el costo de la vida se dispara a niveles preocupantes para todos. Pero, ¿cuánto dinero adicional gastamos los hispanos en el supermercado? ¿qué hacemos en casa para llenar la despensa, la nevera y el tanque de varios carros al mismo tiempo?

Este dilema lo vive la familia Muñoz, quienes entre comida y transporte gastan unos $400 más mensuales que hace cinco meses. Para esta familia puertorriqueña hacer la compra mensual es literalmente toda una “travesía”, ya que tratan de estirar hasta el último centavo para que no falte nada en momentos en que todo ha subido.

“Primero que nada, no puedes comprarlo todo en un mismo mercado. Tienes que ir a varios y hacerlo en un solo día, así encuentras las ofertas que quieres y gastas gasolina una sola vez”, aseguró Víctor Muñoz.

Durante el día de compras, los Muñoz van a “Sam’s Club” para adquirir carnes, jugos, lácteos y frutas. Los enlatados, el pollo, el arroz y los productos de limpieza, los compran en Wal-Mart ya que, dicen, es donde más baratos los consiguen. Y, finalmente, visitan la Bodega Latina en busca de la comida típica puertorriqueña como los gandules, plátanos, lechón y otros productos.

Sin embargo, a pesar de hacer una larga travesía el día de “la compra” en busca de los mejores precios, Víctor asegura que ahora gasta unos $50 más para comprar la misma cantidad de comida.

“Yo gastaba de $200 a $210 en la compra que es una vez al mes, pero ahora mismo son $250 a $260, sin contar que cada semana reabastecemos”, explicó el boricua.

Bethzaida, por su parte, dice que juntando la compra principal y las que hace entre semana están gastando cerca de $450 al mes en comida.

“Se puede decir que hacemos otra compra grande durante esas cuatro semanas. Yo, por ejemplo, gasto semanalmente alrededor de $30 ó $40 adicionales”, expresó Bethzaida.

Este desbalance en el presupuesto ha obligado a la familia a restringir drásticamente el consumo de comidas en restaurantes. Sin embargo, Víctor y Bethzaida trabajan lejos de su casa, por lo que muchas veces no les queda más remedio que comprar comida fuera de la casa, gasto que fluctúa de entre $25 hasta $40 cada semana, por cada uno.

“Ahora mismo nosotros comemos en la calle, porque la gasolina está demasiado cara y más gastamos yendo a comer en la casa que comprándonos un ‘hot dog’ y una soda con $6”, dijo Víctor.

Los Muñoz también alegan que actualmente necesitan de $20 a $35 más para llenar los tanques de gasolina de sus autos que, en muchas ocasiones, hacen hasta dos veces por semana.