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  Por el libro
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14 de octubre de 2008

Por: Yahoo.com

Prácticamente cada segmento de la comunidad médica está enfrentando en la actualidad a la industria farmacéutica, acusando a los fabricantes de remedios de engañar al público, manipular a los doctores y poner a las ganancias por encima de la salud de los pacientes.

Recientes artículos y editoriales en importantes revistas de medicina formulan graves denuncias contra la industria. Facultades de medicina, hospitales y grupos de médicos están cambiando las normas para limitar la influencia de los agentes de ventas de las empresas farmacéuticas. Y tres altos directivos de la prestigiosa revista New England Journal of Medicine expresaron sus opiniones en contra de la industria en un caso ante la Corte Suprema de Estados Unidos sobre si pacientes afectados por medicinas que fueron aprobadas por el gobierno podían entablar demandas en cortes estatales.

La "influencia que las empresas farmacéuticas ... están teniendo en cada aspecto de la medicina es ... tan descarada, que hay que ser ciego, sordo y mudo para no verlo", dijo la doctora Catherine DeAngelis, editora de la revista Journal of the American Medical Association (JAMA). "Es nuestra culpa que les hayamos permitido apoderares de la comunidad médica por completo".

En un editorial en abril en su revista, DeAngelis indicó que algunos estudios sobre la droga Vioxx, fabricada por Merck & Co., minimizaban los riesgos de muerte. Merck ha negado las acusaciones. Pero Vioxx tuvo que ser sacada del mercado debido a sus efectos letales en algunos casos.

DeAngelis señaló que la influencia de las empresas farmacéuticas incluyó convencer a médicos y a estudiantes de usar sus marcas mediante regalos, el financiamiento de investigaciones mientras mantenían control de los estudios y de los resultados, y la ocultación de los conflictos de intereses de los autores de los estudios. Otros críticos dicen que algunas empresas financian cursos sobre nuevos tratamientos cuya tarea es promover costosas drogas nuevas cuando hay otras más baratas y que brindan los mismos resultados.

De todas maneras, nadie está sugiriendo una acción drástica. Por ejemplo, cortar los fondos que ofrece la industria para la investigación de nuevas drogas. Las empresas farmacéuticas invierten miles de millones de dólares en esas investigaciones, que ayudan a pagar presupuestos de laboratorio en la mayoría de las facultades de Medicina de Estados Unidos. Gracias a esas investigaciones, las empresas obtienen el crédito de que famosos investigadores quedan asociados a sus marcas.

Se han comenzado a tomar medidas para limitar la influencia de las compañías farmacéuticas. Pero, según el analista Steve Brozak, de WBB Securities, las empresas fabricantes de remedios pronto encontrarán nuevos métodos de adaptarse a las nuevas normas.

"Cuanto más rápido puedan enganchar a los médicos", dijo Brozak, "más leales serán éstos" a una marca.

Grupos médicos han luchado contra la influencia de la industria con más ahínco desde que en el 2006, JAMA publicó un editorial de 11 prominentes doctores pidiendo a los hospitales donde se enseña medicina que lideren la lucha para eliminar los conflictos de intereses entre los profesionales y las empresas.

David Rothman, presidente del Instituto de la Medicina como Profesión, dijo que alrededor de una cuarta parte de las facultades de Estados Unidos tienen normas que lidian con regalos de la industria. Algunas de esas facultades prohiben a agentes de ventas dar a los médicos muestras de remedios, aunque permiten donaciones a una oficina central de suministros. Tampoco dejan deambular por los corredores a esos agentes para que hablen con los doctores.

Rothman dijo que las muestras gratis ofrecidas por la industria pueden influir en los patrones de prescripción de los facultativos.

El directivo del Instituto de la Medicina como Profesión señaló que hay en marcha un nuevo esfuerzo para "limpiar" el proceso de educación continua destinada a los doctores. Los médicos en Estados Unidos son los únicos profesionales que no pagan por esos estudios.

Entre tanto, el senador Charles Grassley, de Iowa, un frecuente crítico de la industria, está patrocinando un proyecto de ley que exige a las empresas divulgar todos los pagos que les hacen a los médicos, desde invitarlos a almuerzos hasta transportarlos en avión a conferencias que se realizan en elegantes centros vacacionales.

Los médicos dicen que falta mucho por hacer, pero que ya se siente el impacto.

Marc Siegel, profesor adjunto de la Facultad de Medicina de la universidad de Nueva York, afirmó que la facultad tiene ahora menos eventos patrocinados por las empresas farmacéuticas. Tampoco le ofrecen a él boletos para ir a ver eventos de béisbol. Siegel dice que otros colegas no permiten el ingreso de agentes de ventas a sus oficinas, pero que él lo hace.

"A mí no me importa. Me gusta que mis empleados tengan un almuerzo gratis", dijo Siegel. "No creo que eso tenga influencia alguna en las drogas que receto".