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  Por el libro
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7 de mayo de 2021

El Diario NY

Los restaurantes de todo Estados Unidos están luchando por mantener un suministro constante de filetes, alas y pechugas de pollo en los platos de sus clientes debido a la escasez de aves de corral en todo el país.

La demanda de pollo por parte de los consumidores se disparó en medio de la pandemia de coronavirus debido a que los estadounidenses han estado comprando más comidas y sándwiches de pollo en restaurantes de comida rápida como KFC, McDonald’s y Popeyes.

Mientras millones de estadounidenses se sentaron en casa el año pasado y pidieron comida con carne de pollo a los restaurantes locales, los productores de aves de corral no han podido seguir el ritmo de la demanda de los consumidores.

Además los brotes COVID-19 en las plantas de procesamiento de carne de pollo al principio de la pandemia obligaron a muchas plantas a cerrar, poniendo más presión en la cadena de suministro.

En febrero el suministro de carne de pollo se redujo aún más cuando algunas de las granjas ubicadas en Texas tuvieron que cerrar debido a la presencia de la tormenta invernal Uri.

Tom Super, portavoz del Consejo Nacional del Pollo, no llegó a declarar escasez nacional en la producción de pollo, sin embargo reconoció en una declaración pública que los suministros están ajustados y que la mayor parte se debe al clima.

“Los productores de pollo están haciendo todo lo posible para superar el devastador impacto de la Madre Naturaleza cuando llegó la tormenta invernal en Texas y estados cercanos, que son las principales regiones productoras de pollo. Llevará tiempo y esfuerzo sustituir finalmente el suministro de las plantas productoras de esa región pero la oferta de pollo debería recuperar pronto la demanda”, dijo Super.

Por lo pronto los restaurantes han mencionando que les resulta difícil atender los pedidos de los clientes. La escasez de pollo supone un aumento en los precios para los restaurantes lo que podría generar un amuleto de los precios del menú para los clientes.

Año tras año la mayoría de los restaurantes esperan que después del Super Bowl el precio del pollo baje, especialmente de las alitas, sin embargo este año no sucedió y el precio del pollo ha continuado subiendo debido a la escasez.