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  Por el libro
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2 de noviembre de 2022

La Opinion

Estados Unidos se encuentra en medio de uno de los peores desabastos de diésel en su historia. Las reservas se encuentran por debajo de las cifras registradas en 2008.

Hace dos semanas, la Administración de Información de Energía dijo que a Estados Unidos le quedaban 25 días de reservas de este combustible. A pocos días que se cumpla la fecha prevista se han encendido las alertas en el país. 

Matt Smith, analista principal de petróleo de Kpler, dijo al medio Business Insider que el drástico desequilibrio entre la oferta y la demanda ha abonado a esta situación.

El especialista dijo que la escasez de diésel comenzó a acumularse desde el comienzo de la pandemia. Mientras que la demanda de gasolina se detuvo abruptamente, –ante la recomendación a ciudadanos de quedarse en casa–, la del diésel se elevó. 

Los camiones, que usan este combustible para operar, siguieron entregando mercancías en todo el país. Pese a que el consumo de diésel continuó, las refinerías redujeron en gran medida la producción. 

Smith dice que, pese a que la demanda del combustible después de la pandemia se ha recuperado, EE.UU. está exportando más de un millón de barriles diarios. Aunado a eso, las sanciones que se impondrán a principios de 2023 a las exportaciones de diésel de Rusia ponen en peligro el suministro del diésel.  

Aunque es poco probable que los inventarios de diésel lleguen a cero, la preocupación de los mercados conllevaría a que la rentabilidad de la refinación de diésel se eleve cada vez más. Esto conllevaría cambios en comportamientos entre consumidores y productores. 

Al existir mayor aumento del diésel, habrá menos clientes que puedan seguir comprando combustible. De igual forma esto se puede traducir en aumento de precios en varias materias primas y productos al subir los costos de traslado.

“Así que los precios suben, lo que reduce la demanda y eso también reduce la demanda de exportación y fomenta la demanda de importación. El mercado tiene que ajustarse muy rápidamente para evitar que los inventarios se agoten. El mecanismo para hacerlo es simplemente a través del aumento de los precios del diésel”, dijo Smith.

Mientras tanto, las preocupaciones inmediatas también se mantienen de cara a la temporada invernal en el país donde el diésel es esencial para la calefacción en varias regiones del país, como la de la costa este. Además, existe preocupación por que las refinerías que surten este combustible en las zonas donde hay mayor desabasto en el país experimenten afectaciones y por ende, se detenga la producción.