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  Por el libro
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8 de enero de 2019

El Vocero

La industria lechera se ha reducido en casi 50% en la pasada década, reto que se ha intensificado luego del paso del huracán María tras dispararse la venta de leche de larga duración UHT.

Aunque 2018 resultó ser un año positivo en la producción, gracias a los incentivos federales otorgados para compra de alimento y a los incentivos locales para la adquisición de animales nuevos, las ventas no resultaron ser iguales. En 2018 cerró con una merma en ventas de 22 millones de cuartillos, cifra que proyectan se dispare en 2019 a 40 millones de cuartillos.

Las razones para la reducción son variadas, de acuerdo con el sector. Juan Carlos Rivera, presidente del sector de leche de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico, adjudicó dicha merma al cambio en el consumo —ya que los consumidores están optando por otros productos para sustituir la leche fresca— y a la merma poblacional, con lo que coincide el secretario de Agricultura, Carlos Flores Ortega.

Sin embargo, Rivera agregó un tercer factor: la supuesta práctica de Suiza Dairy de acaparar el 70% del mercado de leche, de no servir el mercado de panaderías, colmaditos y tiendas de conveniencia que compran entre tres a cinco cajas semanales, porque supuestamente no les resulta buen negocio. Sin embargo, para los ganaderos dicho sector representa las ventas del 50% de su producción. A ello sumó la práctica de las elaboradoras como Suiza y Tres Monjitas de importar la leche evaporada, en vez de elaborarla aquí.

“Se trata de una leche elaborada con grasa animal y leche en polvo, cuando la que se produce localmente en Indulac se trata de una leche elaborada en un 100% con leche del País. El problema estriba en que —tras tratarse de una leche de inferior calidad— la colocan en góndola a unos precios bajísimos e imposibles de igualar, simplemente para quedarse con el mercado. Por la naturaleza de sus negocios, es cuesta arriba poder competir, porque hasta compran sus espacios en góndolas en los supermercados (y) nosotros no poseemos el capital para eso. Para detener esta práctica es necesario que se incremente la regulación y se le otorgue mas fuerza a ORIL (Oficina para la Reglamentación de la Industria Lechera) para poder seguir el reglamento en favor de la industria”, apuntó Rivera.

“El argumento no es cierto”

Con estos planteamientos no coincidió el titular de Agricultura, quien sostuvo que el argumento no es correcto. “Se está tratando de traer por el pelo la guerra de los ganaderos con Suiza porque tiene una matriz extranjera, pero se trata de una empresa que produce localmente y que todo su personal es de aquí. Ese argumento no es cierto. Al contrario, estas elaboradoras están invirtiendo para comenzar a elaborar productos localmente que sustituyan productos que hoy se están importando”, sostuvo el funcionario.

Agregó que “hay que emigrar al cambio y a lo que el consumidor está demandando. La leche evaporada no tiene tanta venta, la mira está puesta en la elaboración de leche de vida extendida (UHT), que es donde está la demanda hoy. Nuestra meta es duplicar la producción local de un 15% que es hoy a un 30%. Esto incluye productos elaborados con leche, como el queso, la mantequilla, el yogurt, mantecado y la leche UHT, entre otros. Tenemos que aprovechar el momento, donde el puertorriqueño está buscando y apoyando lo local”.

Este rotativo intentó obtener una reacción de la gerencia de Suiza Dairy, pero no se produjo al cierre de esta edición.

Por otro lado, una fuente de la industria afirmó que la disparidad entre producción y venta sigue provocando el decomiso de la leche. Agregó que en diciembre tuvieron que decomisar más de 500,000 cuartillos y estiman que en 2019 esa cifra sea significativamente superior.

Realidad de la industria

Acorde con Rivera, la industria cuenta con 265 vaquerías, que representan unas 25,000 vacas, que producen entre 80 millones y 100 millones de cuartillos de leche anuales. Esto representa ventas de alrededor de $395 millones, con un efecto multiplicador de cerca de $650 millones. Asimismo, la industria genera unos 18,000 empleos. Los ganaderos proyectan un 2019 muy retador, cuando las ventas se reduzcan en unos 40 millones de cuartillos. Esa proyección dista de la de Flores, quien visualiza año muy positivo, fundamentado en cambios trascendentales en el sector manufacturero de la industria, con nuevos productos elaborados en la Isla.

“Faltaba inversión en la elaboración para completar el círculo y poder ir sustituyendo las importaciones poco a poco y hacia eso vamos. Hay que atemperarse a la realidad del sector y el ganadero se resiste a ese cambio y —al igual que las empresas que se niegan a cambiar desaparecen— lo mismo sucede aquí. Tienen que transformarse y el gobierno está para apoyarlos”, dijo.

A redirigir los incentivos

Los ganaderos solicitan al gobierno que redirija los incentivos, de manera que tengan un mayor efecto económico.

“No pedimos más dinero, sino que se redirija. Por ejemplo, que el incentivo se otorgue a un producto, como pudiese ser la leche evaporada. Esto nos permitiría ir a la góndola a un precio igual o inferior al de la competencia, lo que disuadiría la importación. Con ello gana el ganadero, el consumidor y la economía en general”, apuntó Rivera.