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  Por el libro
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5 de junio de 2019

Primera Hora

Un estudio sobre la inseguridad alimentaria en Puerto Rico arroja datos sobre la necesidad y el hambre en la isla, se informó hoy mediante comunicado de prensa.

La Encuesta de Seguridad Alimentaria en Puerto Rico 201, preparada por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico en colaboración con el Sistema de Vigilancia de los Factores de Riesgo Asociados a la Conducta (Behavioral Risk Factor Surveillance, BRFSS) administrado en Puerto Rico por el Departamento de Salud, apunta a que uno de cada cinco adultos en la isla en ocasiones no comieron una de sus tres comidas diarias, o se sirvieron de menos, "por falta de dinero".

"Se estima que el 33.2% de la población de 18 años o más en Puerto Rico presentó  inseguridad alimentaria", indicó el estudio, que es el producto parcial de entrevistas a unas 5,505 personas.

. El estudio informa que el  Departamento de  Agricultura  Federal  definió en el 2017 la  seguridad  alimentaria como “el acceso en todo momento a suficientes alimentos para una vida activa y  saludable”.

De los datos más relevantes de este estudio se estima que el 33% de la población de 18 años o más en Puerto Rico presentó inseguridad alimentaria. De igual forma, el 21.7% de las personas entrevistadas indicaron que, en los 12 meses antes del estudio, hubo ocasiones en las cuales tuvieron que servirse menos cantidad de alimentos o dejar de comer una de sus comidas diarias por falta de dinero.

"Aproximadamente una cuarta parte de estos (25.8%) lo hizo (no comer una comida al día o menos) casi todos los meses", reza el informe.

El estudio también reveló, entre otros, que la región de Arecibo fue la que mayor por ciento de inseguridad alimentaria presentó con un 40.6%, mientras que el área metro y Ponce fueron las regiones que presentaron menor inseguridad alimentaria con 31.8% y 31.4% respectivamente. El 44.3% de las personas con inseguridad alimentaria percibieron su salud como regular o pobre. Este porcentaje fue mayor en mujeres (47.6%) en comparación con los hombres (38.7%).

Otro elemento que surge del estudio es el impacto de la salud: Las personas diagnosticadas con algún trastorno depresivo presentaron 2.7 veces mayor probabilidad de pertenecer al grupo con inseguridad alimentaria que las personas que no habían sido diagnosticadas con algún trastorno depresivo.

“Uno de los resultados más reveladores es el relacionado a la pobreza y su impacto en la inseguridad alimentaria. El estudio concluyó que las personas con un ingreso menor de $25,000 tienen 3.3 veces mayor probabilidad de pertenecer al grupo con inseguridad alimentaria, que las personas con un ingreso de $25,000 o más”, expresó Myribel Santiago, Gerente de Proyectos del Instituto y autora principal del estudio.

Además, entre las personas con inseguridad alimentaria hubo una prevalencia dos veces mayor de  tener algún problema físico, mental o emocional que limita de alguna manera sus  actividades, que entre las personas con seguridad alimentaria.

Asimismo, las personas que, en los pasados 12 meses no pudieron consultar a un médico en algún  momento por razones económicas, tienen 4.4 veces mayor probabilidad de pertenecer  al grupo con inseguridad alimentaria, que las personas que sí pudieron consultar un  médico en cualquier momento de los pasados 12 meses. 

El tema de la seguridad alimentaria también en importante en la isla por la cantidad de alimentos que traemos de otras jurisdicciones. En la actualidad el 85% de los alimentos que se consume en la isla es importado, una cifra muy diferente a la realidad en 1980 cuando solo se importaba el 55% de la comida.

“La gran cantidad de alimentos que se importa a Puerto Rico, entre otros aspectos, hace que la población sea más vulnerable a tener inseguridad alimentaria. Es por esta razón que es imprescindible conocer las estadísticas relacionadas a este aspecto, así como de las conductas de riesgo, morbilidades y prácticas de salud de las poblaciones vulnerables”, expresó el director ejecutivo interino del Instituto, Dr. Orville M. Disdier.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la inseguridad alimentaria es un factor clave que complementa al indicador de subalimentación y permite mejorar la caracterización del hambre.