Inicio  





 Lo Más Visto
- Grandes empresas anuncian despidos masivos y menos personas piden ayuda por desempleo
- Las ventas de iPhone están cayendo. Esta es la razón
- Piden a la Junta $27 millones para añadir más viajes hacia Vieques y Culebra




  Por el libro
Bookmark & Share

5 de marzo de 2021

El Vocero

El 50% de las estaciones de gasolina en Puerto Rico no tienen al día el sello de inspección que expide el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) para garantizar que la bomba está despachando el combustible de la forma correcta, confirmó el secretario Edán Rivera, aunque aclara que es un estimado que corroborarán una vez culminen las inspecciones, como las realizadas en el día de ayer.

“Actualmente entre cinco a seis de cada diez estaciones de gasolina no tienen su inspección al día. Tenemos que traer a las gasolineras al cumplimiento y responsablemente vamos a ir más allá”, afirmó el funcionario.

De acuerdo con los datos suministrados por el DACO sobre el saldo del operativo de ayer, de las cuatro estaciones de gasolina inspeccionadas, dos estaban en incumplimiento. Fiscalizaron 98 dispensadores, de los cuales 32 estaban vencidos para un 33% del total y 10 no estaban equilibrados, para un 11% del total.

Aseguró que la cifra es alta, más aún cuando el reglamento vigente obliga a los detallistas a comunicarse con la agencia reguladora tres meses antes del vencimiento de la certificación cada dos años.

Los detallistas de gasolina, por su parte, admiten que el reglamento así lo estipula, pero entienden que el DACO debe contar con un listado actualizado para poder desplegar a sus inspectores en las estaciones donde ya podrían identificar que no han renovado las inspecciones.

El inicio ayer de los operativos sorpresa para detectar el cumplimiento en las estaciones de gasolina, puso en evidencia la carencia de personal en la agencia. Según se informó, DACO tiene 10 empleados para inspeccionar 1,500 gasolineras alrededor de la Isla.

Según explicó el titular del DACO, en el operativo realizado ayer por los inspectores de la División de Pesas y Medidas se constata que las gasolineras tienen los equipos correctamente calibrados. La calibración permite que la cantidad del producto despachado en una bomba sea la que pagó el consumidor.

Cuando una bomba de gasolina no está calibrada, se cierra hasta que sea ajustada o reparada por un técnico especializado del DACO, y luego un inspector puede emitir la certificación. “Hace tres semanas cerramos todas las bombas de una estación que no estaba certificada desde 2014. Este operativo lo que persigue es asegurar el cumplimiento de nuestro reglamento y darle la confianza al consumidor de que paga por la cantidad del producto que compró. Estar en incumplimiento pudiese conllevar multas, que pueden ir desde los $400 hasta los $1,000 por dispensador. Estamos ofreciendo cursos a los detallistas para que aprendan cómo cumplir con nuestros reglamentos”, acotó Rivera.

Tras cuestionarse la razón por la cual la agencia no interviene de inmediato con los detallistas cuando en sus expedientes se evidencia que los dos años de la inspección ya están vencidos, Rivera contestó que es responsabilidad del detallista.

“Estamos trabajando en la recopilación de información por estación de gasolina, de manera que podamos esquematizar el cumplimiento de todos los detallistas de gasolina”, adelantó el funcionario, y agregó que advino en conocimiento de la situación luego de que algunos de los inspectores de fiscalización de precios se percataran de los dispensadores con sellos expirados.

Reaccionan los detallistas

Para el presidente de la Asociación de Detallistas de Gasolina (ADG), Rafael Mercado, es a los inspectores de Pesas y Medidas a quienes les corresponde verificar el cumplimiento. “Siempre el acceso está abierto. Ellos saben donde están las llaves del tanque y del dispensador para poder verificar la calibración. Nosotros los detallistas no tenemos el control de los inspectores, eso le corresponde al DACO”, señaló.

Aunque admitió que el pasado año fue atípico —lo que pudo llevar a muchos detallistas al incumplimiento— enfatizó que siempre han estado disponible para colaborar con la agencia.

“Lo que se esta experimentando no es culpa de nadie. A ellos nadie les dice que no vengan y entendemos que cada dos años pueden pasar a verificar el cumplimiento. Cuando cambiamos los equipos o hay aperturas se les llama para que nos certifiquen y pagamos por cada dispensador $10 por inspección. Entiendo que la responsabilidad debería recaer sobre la agencia y no sobre nosotros”, insistió Mercado.

Sobre la posibilidad de que las máquinas se descalibren, enfatizó que la mayoría ya son electrónicas lo que limita la posibilidad a casi cero. Recalcó que en lo pocos casos en que ocurre, se debe principalmente a las fluctuaciones en el servicio energético.